Una úlcera duodenal es un tipo de úlcera gástrica la cual
ocurre en el interior de la parte superior del intestino delgado (duodeno).
Esta afección consiste en la presencia de una llaga abierta la cual se forma en
la mucosa que recubre el duodeno (primera parte del intestino delgado).
Las úlceras duodenales se caracterizan por presentar el
síntoma de ardor o dolor en el estómago.
Las principales causas de las úlceras duodenales son las infecciones
ocasionadas por la bacteria Helicobacter pylori (H. pylori) y el uso prologado
de la aspirina y otros analgésicos, como el ibuprofeno (Advil, Motrin, otros) y
el naproxeno sódico (Aleve, Anaprox, otros). Además de esto factores como el
estrés, alcohol, fumar y los alimentos picantes, aunque no provocan las úlceras
gástricas, pueden empeorar sus síntomas.
Las complicaciones relacionadas con las úlceras la necesidad
de tratar las úlceras deudenales prontamente, ya que si no son tratadas pueden
provocar sangrado interno, obstrucción del tubo digestivo e infecciones como peritonitis (infección en la
cavidad abdominal).
Entre las pruebas utilizadas para diagnosticar esta afección
se encuentran:
Prueba ambulatoria de ácido (pH) con sonda: esta prueba
consiste en la colocación de un monitor en el esófago para determinar cuándo, y
durante cuánto tiempo, el ácido estomacal regurgita al esófago. Por lo general
el monitor se trata de un tubo delgado y flexible (catéter) el cual es
introducido por la nariz hasta el esófago.
Endoscopia superior: Mediante la introducción de un tubo
delgado y flexible equipado con una luz y una cámara (endoscopio) por la garganta,
se busca examinar el interior del esófago y el estómago en busca de
inflamaciones y otras complicaciones.
Ingesta de bario: Esta prueba utiliza un elemento llamado
bario, generalmente mediante la administración de una pastilla recubierta con
bario. El bario recubre el tejido que reviste el esófago y el estómago,
haciendo que los órganos sean visibles, obteniendo imágenes de mayor
definición. De esta manera se pueden detectar cambios estructurales en el estómago.
Los tratamientos para las úlceras duodenales suelen depender de
la causa:
Por presencia de bacteria H. pylori: En el caso de que la bacteria H. pylori se encuentre presente, el
tratamiento se centra en la administración de antibióticos como la amoxicilina
(Amoxil), la claritromicina (Biaxin), el metronidazol (Flagyl), el tinidazol
(Tindamax), la tetraciclina (tetraciclina HCL) y la levofloxacina (Levaquin)
para aliminarla. Además de la supresión o la reducción del uso de aspirina y
analgésicos similares, y la administración de medicamentos para ayudar a que la
úlcera sane como subsalicilato de bismuto (Pepto-Bismol) para disminuir la
acidez estomacal y la administración de omeprazol (Prilosec), lansoprazol
(Prevacid), rabeprazol (Aciphex), esomeprazol (Nexium) y pantoprazol (Protonix)
para bloquear la producción de ácido y ayudar a la cicatrización.
Además de esto pueden ser recomendados bloqueadores de
ácido, también llamados bloqueadores de histamina (H2), para disminuir la
cantidad de ácido estomacal como la ranitidina (Zantac), la famotidina
(Pepcid), la cimetidina (Tagamet HB) y la nizatidina (Axid AR).
Junto con esto puede ser necesario el uso de medicamentos
como el sucralfato (Carafate) y el misoprostol (Cytotec) para proteger el
revestimiento del estómago.
Úlceras que no cicatrizan: En el caso de estas úlceras
también llamadas resistentes, estas pueden volverse así por causas como no tomar
los medicamentos de forma indicada, algún tipo de de H. pylori resistente a los
antibióticos, fumar, continuación del uso habitual de analgésicos: como la aspirina, el ibuprofeno (Advil,
Motrin, otros) y el naproxeno sódico (Aleve, Anaprox, otros) que aumentan el
riesgo de padecer úlceras y cáncer de estómago.
En estos casos el tratamiento suele incluir por lo general la
eliminación de factores que pueden afectar la cicatrización, junto con el uso
de diferentes antibióticos.
Además, si se generan complicaciones como sangrado agudo o
una perforación, existe la posibilidad de que una cirugía sea necesaria.
Entre las medidas que pueden seguirse para disminuir los
riesgos de sufrir una úlcera duodenal se encuentran:
Intentar protegerse de las infecciones lavándose las manos
con frecuencia con agua y jabón, y consumiendo alimentos que hayan sido cocidos
por completo.
Usar con precaución los analgésicos.
Intentar tomar los analgésicos entre comidas.
Limitar el consumo de cafeína y alcohol.
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